viernes, 29 de julio de 2005

Una Trampa por Partida Doble

En esta oportunidad quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones sobre un tema difícil, espinoso, pero que no puede ser soslayado. Porque se está difundiendo un pensamiento que a mi humilde entender constituye una trampa por partida doble... porque divide a los que pretendemos defender a las instituciones castrenses y nos inhibe de actuar... nos inmoviliza... y tal vez sin quererlo nos lleva a hacerle el juego al gobierno y sus acólitos. Ya sea por nuestras acciones o por nuestras omisiones.

En los últimos días se difundieron a través de algunos medios de comunicación informaciones relacionadas con la situación militar, que rápidamente fueron descalificadas por ciertos analistas bien informados, que las atribuyeron a operaciones de prensa de sectores cercanos al gobierno, que necesitaban una reacción militar.

El gobierno buscaría la reacción castrense como parte de su campaña política... porque habría tomado conciencia de que por más caja que reparta, los números no le alcanzan para lograr sus objetivos. Sabe que aún ganando, su triunfo representará una derrota en el sentido plebiscitario de su gestión.

Por eso el gobierno estaría provocando a los militares para que se produzca una asonada, que le permitiera aglutinar a la opinión pública en contra de los “militares derechistas genocidas”... un camino ya recorrido por Raúl Alfonsín durante su campaña política en la década del 80.

Ahora bien, sin tomar partido respecto a la existencia o inexistencia de tal operación psicológica por parte del gobierno (ya todos sabemos que Horacio Verbitsky, como miembro de la inteligencia montonera, es un maestro en el arte de la desinformación y manipulación de las informaciones), lo cierto es que su contracara también constituye un punto favorable para el régimen kirchnerista. Porque son muchos los miembros de la familia militar que para evitar contribuir a esta teoría conspirativa de nuestros gobernantes, permanecen sufriendo en silencio, sin siquiera una mueca de dolor, los embates permanentes del régimen progresista que supimos conseguir.

Si nos movilizamos en apoyo de las fuerzas armadas, defendiendo la verdad respecto a lo sucedido en la década del 70... le estaríamos haciendo el juego al gobierno por alimentar su teoría conspirativa; pero si nos quedamos en casa mirando como discurre la historia por televisión... también facilitamos su accionar disolvente, porque el resultado es el mismo... los hombres que combatieron contra la subversión terminarán entre rejas... más o menos cómodos, en cárceles comunes o en unidades militares, pero siempre privados de su libertad. Ese es el punto... mientras los que pretendemos tener una memoria completa, continuamos debatiendo si es o no conveniente salir a la calle antes de las elecciones.

¿Es que pensamos que si no reaccionamos el gobierno dará marcha atrás en la persecución sistemática a los uniformados? ¿Creemos por ventura que si el gobierno no alcanza el apoyo deseado en las elecciones de octubre tomará automáticamente conciencia de los errores cometidos contra las instituciones? ¿Acaso no registra en el presente un récord en la firma de decretos de necesidad y urgencia?. Con esto no pretendo anular la importancia de los comicios de octubre... pero tampoco seamos tan necios de pensar que la caza de militares terminará si en la cámara de diputados o senadores se registra un mayor o menor número de opositores. El CELS y las supuestas organizaciones defensoras de los derechos humanos continuarán su funesto accionar sin importarles el grado de apoyo con que cuenten... Para ellos la guerra no ha terminado y nuestro silencio, nuestras omisiones, nuestras divisiones, no hacen otra cosa que envalentonar su estrategia sin tiempo.

Por supuesto que no pretendo, ni aliento una asonada militar... eso sí sería hacerle el juego al poder político... creo que gracias a Dios la democracia llegó para quedarse en nuestra Patria... pero tampoco la inacción generalizada o el olvido unilateral contribuyen a la reconciliación nacional.

Tenemos que demostrarle a la ciudadanía que el revanchismo desbocado y extemporáneo de nuestro presidente genera división y fractura en el seno de la sociedad. Tenemos que demostrarle a nuestros compatriotas que la mirada hemipléjica hacia el pasado es en gran parte la responsable de nuestra incapacidad para construir un futuro digno de ser vivido para nuestros hijos.

Y para eso es importante que la familia militar, entre otros sectores que componen la sociedad, se comprometa... que abandone la ilusión de pensar que las cosas mejorarán por sí mismas... que comprendan que deben salir a la calle para pedir por sus familiares y reivindicar sus derechos... Un pequeño grupo de nostálgicos revolucionarios solapados detrás de organizaciones de derechos humanos ha convencido a la población de que sus maridos, padres e hijos, son asesinos genocidas y no soldados de la patria. Debemos demostrar lo contrario... pero para ello hace falta un mayor compromiso cívico...

Valga para nosotros la amonestación que le diera su madre al último rey moro de la España ocupada: “No lloréis como mujeres lo que no supisteis defender como hombres”.

El próximo 23 de agosto, día en que se recuerda el trigésimo aniversario del asesinato del Coronel Argentino del Valle Larrabure, tenemos una oportunidad única de manifestar en la Plaza Mitre , frente al busto levantado en su honor, que la Pacificación Nacional sólo será posible si nosotros se lo exigimos a nuestros gobernantes... Hasta la próxima.

Publicado en SEPRIN

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