viernes, 29 de abril de 2005

Sr Presidente: Usted no es nadie

En relación con el conflicto desatado con la Iglesia , el Canciller del Régimen volvió a manifestar: “La posición del gobierno es irreductible e irreversible en el sentido de que monseñor Baseotto jamás será el ordinario militar”.

Como miembro de la familia militar le recuerdo al gobierno que en este tema no tiene ninguna autoridad y que su decreto bien podría ser utilizado como papel picado en una cancha de fútbol. Monseñor Baseotto sigue siendo el Obispo Castrense de las Fuerzas Armadas y no existe poder temporal en el mundo que pueda quitarle ese derecho y ese deber.

Señor presidente, por si no lo sabe, esto forma parte de la libertad religiosa propia de los países democráticos y civilizados. Su autoridad tiene un límite y usted no debe pasarlo. Usted está violentando la conciencia de los militares católicos argentinos y avasallando los derechos de la familia militar, que muy a pesar suyo también forma parte de esta Argentina.

Su gobierno manifiesta que hay libertad religiosa. Le recuerdo que en el decreto de nombramiento de Monseñor Candia como Administrador Apostólico del Obispado Castrense se usa la figura de “Sede Impedida”, que en el Siglo XX sólo se ha utilizado en aquellos paraísos comunistas donde la libertad sólo existe para hacer lo que le gusta al emperador de turno.

Sr presidente, ya que es tan democrático... ¿Por qué no hace una encuesta preguntando a las familias militares QUIEN ES el obispo Castrense?. Le aseguro que se va a llevar una sorpresa. Porque somos muchos los que no estamos dispuestos a dejar que los papelitos que usted firma pisoteen los derechos que nos da la Constitución Nacional.

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