"Miren, la Pando tiene la foto de un milico genocida colgada en su pecho" fue la frase utilizada por una madre de Plaza de Mayo, durante el receso de una jornada en el juicio que se sigue contra el padre von Wernich. Hasta ese momento, había eludido todas las provocaciones, pero las palabras llenas de odio hacia un soldado como el Cnel Ibarzábal, exigían una respuesta contundente. No había lugar para el silencio.

Fue entonces que le repliqué a la mujer que el militar de la fotografía había sido vilmente asesinado por terroristas, después de un suplicio de más de 10 meses en un centro clandestino de detención, llamado eufemísticamente cárcel del pueblo, aclarando que constituía un orgullo el portar en mi pecho la imagen de ese mártir argentino llamado Ibarzábal.
El presidente del Tribunal, que había escuchado el breve intercambio de palabras, hizo una llamada a la reflexión de las partes, aclarando que de repetirse los incidentes, la sala sería desalojada.
Aquellos no se repitieron, la audiencia continuó, pero en la jornada siguiente la policía tenía órdenes de no permitir mi ingreso a las sesiones. Mientras los pañuelos blancos con la imagen de Julio López y los nombres de los desaparecidos siguen estando presentes, las víctimas del terrorismo marxista son nuevamente discriminadas, esta vez por la propia justicia encargada de velar por la igualdad ante la ley.
María Cecilia Pando
DNI: 18.470.203
Publicada en Diario La Nación del 30 de julio de 2007